Desde principios de los ochenta hasta principios de este siglo, la editorial Anaya publicó la colección de narrativa juvenil Tus libros. Fueron más de 150 títulos muy cuidados, con un apéndice final que analizaba la época, el autor y esa obra en concreto, con ilustraciones, generalmente las de la edición original y con una bibliografía completa. El catálogo incluía las obras más destacadas de Stevenson, Poe, London, Scott, Verne, Doyle, Twain..., obras maestras como Cumbres borrascosas, Oliver Twist o Crimen y castigo y otras menos conocidas como El inocente, El jorobado o El sueño.
Siempre me encantaron estos libros, me regalaron algunos y luego he ido recuperando poco a poco bastantes de ellos. El otro día me encontré en la biblioteca pública uno que no tenía ni me sonaba, El oro. La maravillosa historia del general Johann August Suter (1925) de Blaise Cendrars.
Esta novela corta, 144 páginas en esta edición, narra la vida un pionero americano, nacido en Alemania, que huye de Europa y se establece en California convirtiéndose en el hombre más rico de América hasta que la fiebre del oro de 1848 lo arruina. Su lucha por conseguir justicia -todo ha sucedido en sus tierras- le ocupó el resto de su vida.
La vida del autor, pormenorizada en el apéndice, fue muy intensa: viajó por medio mundo, participó en las dos guerras mundiales, en una luchando y en otra como reportero, adoptó el sobrenombre de Blaise Cendrars cuando renació de sus brasas y sus cenizas, fue amigo de Chaplin, Picasso, Chagall y de todos los poetas franceses que renovaron la lírica a principios de siglo, labor que también llevó él a cabo, fue asistente de Abel Gance en La rueda (1923)...
El oro fue su primera obra en prosa. En ella la frase se reduce a la mínima expresión utilizando un lenguaje lírico y distintos tipos de letra con el fin de crear un poema visual, inédito hasta aquel momento. Los tiempos verbales utilizados son el imperfecto de indicativo para los hechos evocados y el presente histórico para hacer vivir al lector la acción al máximo, una acción depurada a la esencia, que hace progresar con cortes de tipo cinematográfico. Estas características provocaron bastantes críticas entre algunos de sus contemporáneos, pero hoy nos hacen disfrutar de una interesante novela.
5 comentarios:
Jajajajaj, qué entrañable es volver a ver el logotipo de una portada de "Tus libros". Somos de la misma edad, y yo también crecí leyendo las historias de esa colección.
Saludos!
Es una de las más cuidadas colecciones que recuerdo. No sólo por las ilustraciones o los apéndices, sino también por el catálogo.
Poco a poco, he llegado a tener alrededor de cuarenta de ellos. Les tengo un especial aprecio.
Saludos.
Me encantaban estos libros. Es cierto que se trata de una colección muy cuidada. Qué bien tener tantos de ellos. Cuídalos, son un pequeño patrimonio a conservar con cariño.
Tienes un blog estupendo. He llagado a él por puro azar buscando la portada de Oro de Anaya,para hacer un post sobre Cendrars en mi blog que aunque no tan bueno como el tuyo te presento:
http://letras-musicasy cintasdevideo.blogspot.com
Yo Tus Libros de Anaya se los compraba a mi hijo y me parecían maravillosos. Y cuando leí Oro quedé fulmninada por la belleza de la prosa de Cendrars. Aunque no sé si te llegará este mensaje tan retrasado volveré.Coincidimos en libros, cine, claro como tantos, es realidad es coincidir con parte de lo mejor de cada cosa. Saludos
PD. Me llevo la portada. Gracias.
El oro está muy bien escrito. Cada palabra está meditada, cada frase analizada y depurada.
Me alegra mucho que te guste el blog, aquí está para lo que quieras. Muchas gracias Firmin.
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