Roy del Ruth dirigió El halcón (The Maltese Falcon, 1931), primera adaptación de la genial novela de Dashiell Hammet. Cinco años más tarde Willian Dieterle volvió sobre la misma obra con Satan Met a Lady, pero ninguno cosechó éxito en la taquilla.
John Huston contaba en su currículum como guionista varias películas, dos de ellas estupendas, Jezabel (Jezabel, 1938) de William Wyler y El último refugio (High Sierra, 1941) de Raoul Walsh, cuando fue elegido para dirigir la tercera versión, El halcón maltés (The Maltese Falcon, 1941). Su inexperiencia asustó a George Raft y Geraldine Fitzgerald para los papeles protagonistas que recayeron en Humphrey Bogart y Mirna Loy fenomenalmente apoyados por Peter Lorre, Sidney Greenstreet y Elisa Cook, Jr.
El guion lo escribió Huston en solitario siguiendo bastante al pie de la letra la novela, excepto en el final en el que nos muestra una de sus constantes futuras. La última frase de la película, El material del que están hechos los sueños, se la dice Sam Spade (Bogart) al detective de homicidios Tom Polhaus (Ward Bond). Su relación con una de Willliam Shakespeare en La tempestad (1611) -Somos de la misma sustancia / de la que están hechos los sueños / y nuestras pequeña vida / está rodeada de inconsciencia (IV, I, 157)- es manifiesta.
2 comentarios:
Mítica. Una de las obras maestras del siempre irregular Houston.
Irregularísimo, sí, pasaba de obra maestras a bodrios con gran facilidad.
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