Klaus Mann (1906-1949) escribió mucho antes de su suicidio. El primogénito del genio Thomas Mann publicó poesía, teatro, narrativa y crítica literaria, pero para mí era un desconocido hasta que cayó en mis manos Mefisto (Mephisto, Roman einer Karriere, 1936).
La obra surgió del también novelista Hermann Kesten: "... creo que no estaría mal escribir la novela de un arribista homosexual del Tercer Reich, y precisamente me ronda la figura ya enfocada literariamente por Vd. (según me dijeron) del Sr. Gründgens, Principal del Teatro Nacional. Mi idea no es que Vd. escriba una sátira política... " propuso a Mann en una carta encontrada casi cuarenta años después.
Siguiendo esta punto argumental, se forjó una de las primeras críticas al nazismo y uno de los más brillantes perfiles humanos de la primera mitad del siglo pasado. La evolución del mediocre actor de provincias Hendrik Höfgen, capaz de engatusar a sus compañeros, directores, políticos y a cualquiera que se cruce por su camino, está felizmente conseguida, tanto, que los mismos lectores despreciamos globalmente el personaje pero casi nos apiadamos de él y podemos hasta entender algunos de sus comportamientos.
Höfgen pasa de militante izquierdista a finales de los años veinte, entusiasta de un teatro revolucionario, a responsable del Teatro Nacional durante el nazismo, después de estar a punto de exiliarse y casarse interesadamente. Estas peripecias configuran un fresco de la Alemania de la República de Weimar y los primeros años de Hitler y retratan unos caracteres francamente jugosos, como el director de teatro Oskar H. Kroge o el escritor Theophil Marder.
La novela fue publicada en Amsterdam y traducida a varios idiomas pero no llegó a Berlín Este hasta 1956 y a la R. F. A. hasta 1963, para luego ser prohibida hasta principios de los ochenta debido a las demandas del hijo adoptivo de Gustaf Gründgens. El proceso judicial apelaba a la honra de su figura histórica y fue el más famoso, para una obra literaria, de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Se llamó duelo de muertos al enfrentamiento entre los dos examigos y excuñados -Gründgens se casó y divorció de la hermana de Mann- ya fallecidos cuando empezó todo.
Un disfrute completo para un libro ameno y nada complejo, parece que asusta empezarlo, del que István Szabó realizó una adaptación cinematográfica en 1981 con Klaus Maria Brandauer en el papel protagonista.
Editorial Plaza & Janes. Colección Debolsillo. 352 páginas. 9,95 €.
4 comentarios:
Acabo de comprobar que está en el catálogo de mi biblio. Me la apunto! ^_^
La película de Zsabó me encantó. Ni siquiera sabía que existiese la novela.
Elphaba,
espero que te guste.
Salvatrón,
yo no he visto la película. La tengo pendiente -y más ahora-.
Saludos.
Interesante, tomo nota. Un saludo, amigo Castedo
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