A principios de 1938, Samuel Beckett paseaba por una calle de París cuando fue asaltado por un proxeneta de nombre Prudent que le asestó una cuchillada que estuvo a punto de matarlo. Cuando salió del hospital, en la primera audiencia judicial que tuvieron, Beckett le preguntó a su atacante el motivo por el cual lo había apuñalado, Prudent en principio no contestó, pero ante su insistencia, simplemente dijo: "Je ne sais pas, Monsieur. Je m'excuse" ("No sé, señor. Discúlpeme").
Este episodio condicionó una obra literaria -teatro, narrativa y poesía- que refleja el absurdo de la existencia y la irracionalidad de las acciones humanas y que fue galardonada en 1969 con el Premio Nobel.
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