Yasmina Reza (París, 1959), actriz, novelista y dramaturga, ha ganado repetidas veces el Premio Molière, una de ellas por la estupenda Arte (Art, 1994) que pude ver hace unos años en su versión argentina de la mano de Ricardo Darín -ahora la representan Luis Merlo e Iñaki Miramón-.
Un dios salvaje es la versión de Le dieu du carnage (2007) que ha hecho el también dramaturgo Jordi Galcerán -El método Grönholm (2003) entre otras-, dirigido Tamzin Townsend e interpretado Aitana Sánchez-Gijón, Maribel Verdú, Pere Ponce y Antonio Molero y que ahora recala en Valencia después de más de un año de éxito por varias ciudades.
Hasta el 10 de mayo en el Teatro Olympia.
Un dios salvaje es la versión de Le dieu du carnage (2007) que ha hecho el también dramaturgo Jordi Galcerán -El método Grönholm (2003) entre otras-, dirigido Tamzin Townsend e interpretado Aitana Sánchez-Gijón, Maribel Verdú, Pere Ponce y Antonio Molero y que ahora recala en Valencia después de más de un año de éxito por varias ciudades.
Los padres de un niño que le ha roto dos dientes a otro acuden a la casa de los padres de la víctima para concretar una declaración. Las aparentes buenas maneras, basadas en la hipocresía y en el falso saber estar conscientemente remarcado por los actores, van dando paso a la verdadera naturaleza de los individuos, a ese dios salvaje o de la carnicería, si tradujéramos literalmente del título.
El inicio parece algo inverosímil en nuestro país, o al menos yo no me la imagino. Tampoco me parece un alarde de imaginación la concepción de los personajes, Álex (Pere Ponce) es el típido despiadado abogado, sin embargo, este punto de partida algo endeble se resuelve brillantemente.
La pérdida de la educación y el atrincheramiento en las miserias personales -fuera la empatía- va creciendo hasta la pérdida total de los papeles y la derrota de todos los participantes en un único escenario que va descomponiéndose progresivamente al igual que nuestros rostros, pero por las carcajadas que podrían haber sido muecas de pesadumbre pero que la calidad del texto, la dosificación de la tensión y la magnifica interpretación de todos, cada personaje tiene su momento de gloria, consiguen dulcificar.
Una obra divertida, tarta, móvil y tulipanes dan mucho juego, que no olvida ni la lucha de sexos ni una ligera crítica política.
Hasta el 10 de mayo en el Teatro Olympia.
3 comentarios:
Jopeta!! Ya me la he perdido.
Una pena, Vicente, porque las actrices están estupendas.
Estupenda obra. Buénisima, me encantó. Ciertamente, están todos muy bien. Genial ver a Maribel Verdú y Aitana Sánchez Gijón desde segunda fila.
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