Patrick Bateman es un ejecutivo neoyorquino que ocupa el cargo vicepresidente en una empresa, entiendo que multinacional, que no tiene nada que hacer, está enchufado, y se aburre como una ostra. Se levanta por la mañana hace gimnasia, se admira en el espejo, viste a lo último... pero cono no tiene horizonte, es un hombre autorrealizado, se dedica a matar gente. Primero a uno de sus amigos, o mejor dicho, de aquéllos con los que come y chulea de tarjeta, y luego a quien se le ocurre: amantes, prostitutas, indigentes...
Breat Easton Ellis (Los Ángeles, 1964) había indagado en el mundo del desenfreno en su primera novela, Menos que cero (Less than Zero, 1985), con la que obtuvo un considerable éxito que se quedó en la nada cuando publicó su tercera obra, en la que está basada la película. American Psycho (1991) lo consagró como máximo representante literario de la Generación X y, según he leído, como uno de los mejores escritores actuales. Desconozco su obra pero dudo que sea tan débil como esta película.
La aparente crítica a una parte de la sociedad del consumo es anecdótica por lo superficial de los rasgos que definen los personajes tanto principales como secundarios. Tenemos a un hombre atractivo, bien posicionado pero tremendamente vacío. Lo típico. Sus amigos son iguales. Las conversaciones son estúpidas como esperamos al ver a jóvenes ejecutivos que van a ser criticados. La ironía de las conversaciones es poco sustanciosa y los chistes, como el del restaurante en el que nunca hay sitio, no tienen la menor gracia.
La espiral de violencia te deja estupefacto no por la ausencia de ética sino por la ridiculez de los episodios, como en el crimen en el que le muerde la pierna a su víctima y luego la persigue con la motosierra desquiciado. Las escenas casi gore van sucediendo sin conseguir formar un todo, son más bien burdos retazos para consolidar un mensaje reiterativo sobre la filosofía del triunfador.
Christian Bale asume la responsabilidad lo mejor que puede y Willian Dafoe interpreta a un detective intuitivo pero inseguro y sin convicción que aparece y desaparece sin que sepamos muy bien ni qué quiere ni qué sabe.
El final intenta desmontar la opereta pero no consigue más que demostrarnos el quiero y no puedo de una película pretenciosa y tediosa a partes iguales.
Calificación: 2/10.
13 comentarios:
La verdad es que coincido contigo en la mayoria de cosas que dices sobre la película. Quizás si se hubiera estrenado en los ochenta tendria un pase, pero después de películas como "Seven" o "El silencio de los corderos", tendria de haber ido mucho más lejos. Por otro lado, hay cosas imperdonables. Como el rollo que suelta a las putas sobre Genesis o Huey Lewis and the News. Como puede poner por la nubes el álbum "Duke" y decir que la época de Peter Gabriel era demasiado intelectual en términos peyorativos???? Algien mal informado o con un esnobismo ciego, o bueno, tambíen porqué está majara puede decir esas chorradas. Y quizás parezca obvio, pero estando en Nueva York, hablar de los yuppies en los ochenta y no poner a Madonna, es un poco como una comida sin postre.
Opino exactamente lo mismo.
¿Has leído el libro?
Yo leí el libro antes de ir a ver la película. Es tan desagradable y tan duro que tuve que hacer varios parones en su lectura (y no creo que lo vuelva ni a tocar, y eso que soy "dura"), pero narrativamente me pareció estupendo. Es un viaje al interior de la locura en el que, como lector, te quedas sin saber qué es real y qué está en la mente de Patrick. Los crímenes son horrendos y la crítica al esnobismo y superficialidad es muy sarcástica y ácida, pero no tienen ese tonillo paródico tan absolutamente ridículo que tiñe toda la película, que no tiene ni pies ni cabeza.
Esté estrenada en la época que esté estrenada, es una porquería y estoy muy de acuerdo contigo sobre ella.
Es evidente que teniendo como referencia el libro la peli se queda en nada. Vamos, un quiero y no puedo.
Por cierto, lo recomiendo (el libro) mucho, aunque con la advertencia: "sólo para estómagos muy curtidos".
Jean,
coincido contigo con su falta de ambición para ir más allá de una historia lineal formada en base a episodios sin ton ni son. Lo de la música, me pareció patético (se me olvidó en la entrada), buen apunte.
Pilar,
no he leído el libro, y no creo que lo haga. Al menos por el momento y más después de lo que dice
Elphaba,
yo por la película, pensé que todo estaba en la mente del protagonista. Su visita al piso del gore y la conversación con su abogado me lo hicieron pensar. Quizá querían darle la directora y el guionista el toque ambiguo que se consigue en el libro.
Yo no os puedo decir de que va, porque no la he visto.
Salvatrón,
no creo que lo lea porque si tú dices que es para estómagos curtidos, miedo me da.
Anónimo,
no pierdas el tiempo con ella. Seguro que hay muchas mejores películas que recuerar.
Salvatrón,
no creo que lo lea porque si tú dices que es para estómagos curtidos, miedo me da.
Anónimo,
no pierdas el tiempo con ella. Seguro que hay muchas mejores películas que recuerar.
Yo me leí el libro, antes de ver la pelicula y como decís ni punto de comparación. Aquí si que se cumple, indiscutiblemente, la máxima de que el libro es mejor que la pelicula.
Por cierto, el libro me gusto, es brutal, jeje, aunque también creo que hay incoherencias, pero...
José Ángel,
la literatura y el cine son artes distintos, ninguno es mejor que otro, hay veces que libros buenos se convierten en películas malas como es este caso.
Pienso que no hay punto de comparación posible entre American Psycho, Seven y El SIlencio de los Corderos. En American Psycho la pretensión no es emocionar o intrigar, sino criticar a una sociedad que se obsesiona por la marca de agua que compra, pero no por que un tipo esté por ahí matando gente. No se trata de una película policiaca o de detectives, como si lo son seven y el silencio... La novela es sensacional. Dura, ácida, gore, pornográfica. Es como un puñetazo en la mandíbula... mientras que la película es suave y por momentos elegante, casi como el ritmo de Huey Lewis and the News. A mí no me gusta mucho, porque pienso que debió ser como la canción Psycho Killer de los Talking Heads y no como Sutzudio de Phill Collins. Hay que verla varias veces si no se entendió, porque toda su discurso musical sobre las virtudes de Whitney Houston, Huey Lewis Y Phill Collins, son puros guiños cómicos al espectador, que nos hablan de la estupidez de una clase social que domina el mundo. No es imperdonable que Patrick Bateman hable mal de Genesis, porque Patrick no tiene la menor idea de lo que está diciendo. Es un imbécil psicópata, que se copio lo que dice de la tapa de algún disco o de la contraportada de una revista de moda.
La novela es espectacular y la película apenas es una sombra de ella... pero conserva mucho del humor ácido del escritor original Brett Easton Ellis.
Si quieren verla como un thriller, no tiene ni pies ni cabeza, pero... si se clavan en el humor y la crítica social, podría llegar a ser una película que incluso nos despierta muchas sonrisas. ¿Qué me dicen de la escena en que Patrick está con las dos prostitutas, más concentrado en sus biceps que en las chicas?
Y por cierto, en la novela no hay ninguna ambigüedad, Patrick es un psicópata despiadado que lo mismo va a un concierto de U2 o habla de Madonna que asesina sin piedad a un niño o se come una medusa que ha cocinado en el horno de microhondas.
En la novela es un sádico asesino, racista, clasista y torturador, mientras que en la película es un yuppie aburrido que se fuga de su hastío imaginando crímenes sangrientos, pero si los cometiera de verdad, a nadie le interesaría, nadie lo criticaría y nadie intentaría meterlo a la cárcel... Ahí está la aportación de la directora de la película a la crítica social que el autor del libro deja muy clara.
Nada de ambigüedades.
A partir de la novela de American Psycho a Breatt Easton Ellis se le ha tachado de misógino, misántropo y homofóbico, por personas que no entendieron que se trataba de una crítica y no de una apología de la locura estadounidense... Es más, muchos de los que lo han atacado, ni siquiera han leído sus libros.
Quienes habíamos leído Menos que Cero y Las Leyes de la Atracción, por citar dos títulos, ya nos imaginábamos lo que vendría con American Psycho... totalmente de acuerdo que necesitas estómago para aguantar la crudeza y la brutalidad del relato. Pero pasa lo mismo con otros autores contemporáneos como Irvine Welsh (Trainspotting), Douglas Coupland (MIcrosiervos) y Chuck Palahniuk (Fight Club). Se necesita estómago para leerlos, pero son excelentes.
Mary Harron, directora de la versión cinematográfica de la novela, ya nos había mostrado en su anterior película: Yo le disparé a Andy Warhol, que le gustaba suavizar las situaciones y centrarse más en la crítica a la frivolidad de una sociedad esnob que en la sordidez de la narración, tipo David Fincher.
Así que de la combinación de un desaforado y excesivo escritor y de una contenida y elegante directora, era lógico que la película resultante no fuera del todo satisfactoria para los aficionados del cine, ni de los libros.
Lo que llama la atención es que sea una mujer la que se haya interesado en adaptar a la pantalla una obra que ha sido tachada de misógina. Quiere decir que es una mujer muy inteligente que comprendió el humor y la sátira social que había en todo el libro, más importante que la frivolidad y la sangre del mundo de Patrick Bateman.
¿Qué más puedo decir de la película?
A mi esposa le encantan Christian Bale y Willem Dafoe, así que he tenido que ver la película más de un par de veces.
Y no me resulta tan incoherente ni desagradable.
Gracias Hiram por pasarte por la página y por tus aportaciones.
Coincido contigo en que la película no es un policiaco pero a mí no me gustó, no sé si acertó la directora con la adaptación, pero a mí la película me pareció bastante aburrida, no me propuso nada que no pensara desde el principio, es decir, la crítica no me convenció ni por su fino análisis de una clase o grupo social ni por ver otra cara de unos arquetivos. Entiendo algunos guiños tanto músicales como del comportamiento del protagonista pero no me parecen nada elegantes ni ocurrentes.
En fin, quizá no fuera el día más idóneo.
Un saludo.
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