El British Medical Journal publicó ayer el estudio de dos investigadores de la Indiana University y el Regenstrief Institute (EEUU) sobre el origen de varios mitos de la salud sin base científica. Algunos de ellos son:
1. Hay que beber ocho vasos de agua al día
El origen se puede remontar a 1945, fecha en que se publicó la siguiente recomendación: “Una cantidad conveniente de agua para los adultos es de 2,5 litros al día en la mayoría de los casos. Una medida ordinaria para las personas es un mililitro por caloría de alimentos. La mayor parte del agua necesaria se incluye en las comidas cocinadas”.
El olvido de la última frase ha llevado a la confusión con la necesidad de beber ochos vasos de agua al día. Es más, el consumo excesivo de agua puede ser peligroso y llevar a intoxicación, hiponatremia (poco sodio en la sangre) e, incluso, la muerte.
2. Sólo se usa el 10% del cerebroLa creencia se propagó por varias fuentes para llamar la atención sobre las posibilidades de la automejora y fomentar las habilidades latentes de las personas. Sin embargo, las evidencias provenientes de estudios sobre el daño cerebral, así como las pruebas de diagnóstico por imagen hechas en este órgano, desvelan que las personas usan mucho más del 10% del mismo. De hecho, el daño a casi cada área del cerebro afecta a las capacidades mentales, vegetativas y de comportamiento humano, lo que demuestra que ninguna parte del cerebro está completamente inactiva.
3. El pelo y las uñas crecen tras la muerteA su difusión pudo contribuir la famosa novela adaptada al cine Sin novedad en el frente, en la que el escritor Erich Maria Remarque describe el crecimiento en forma de hélice de un amigo suyo después de enterrado. Este mito se basa en un fenómeno biológico que sí se da tras la muerte. La deshidratación del cuerpo hace que la piel seca se retraiga alrededor del pelo y de las uñas, lo que puede crear la apariencia de un aumento de longitud o prominencia de estas estructuras de queratina, debido sobre todo al contraste. Además, el crecimiento de la piel y las uñas requiere de una compleja regulación hormonal, que no se sostiene después de la muerte.
4. Leer con poca luz arruina la vistaLa idea de que leer con una luz tenue puede ser perjudicial para la vista puede tener su origen en la experiencia de sentir fatiga visual, ya que cuando la luz no es la adecuada, puede tenerse la sensación de que existen dificultades para enfocar correctamente. Además, en tales circunstancias se reduce la tasa de parpadeos, lo que provoca cierta incomodidad, debido a que los ojos se resecan. Sin embargo, estos efectos no son en ningún caso persistentes.
Según la mayoría de los oftalmólogos, leer bajo una luz débil no daña los ojos, ya que, aunque puede provocar fatiga visual, no es probable que sea responsable de causar un cambio permanente en el funcionamiento o estructura oculares.
5. El pelo crece más fuerte tras afeitarse Ya en 1928, un ensayo clínico demostró que el hecho de afeitarse no tenía ningún efecto sobre el crecimiento posterior del pelo. Estudios más recientes han reforzado esta hipótesis, en el sentido de que, tras un afeitado, ni el grosor ni la velocidad de crecimiento del pelo se ven afectados.
De hecho, durante el afeitado se elimina la parte muerta del cabello y no la sección viva, que se mantiene bajo la piel. Lo que sí es cierto es que el pelo cortado no tiene el extremo tan fino como antes del afeitado y que su color es más oscuro porque aún no le ha dado el sol.
6. El peligro del móvil en los hospitalesAunque muchos hospitales prohiben el uso de teléfonos móviles en sus instalaciones, ante el temor de que puedan interferir en el funcionamiento de aparatos, sobre todo en unidades de cuidados intensivos, existen pocas evidencias que justifiquen estas medidas. Estudios recientes realizados en Reino Unido han demostrado que los móviles causan interferencias en un 4% de los dispositivos y sólo a una distancia inferior a un metro. Además, sólo en un 0,1% de los casos se registran daños graves.
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Fuente: www.publico.es.