Su último film analiza la situación laboral de los inmigrantes ilegales eligiendo como protagonista a una joven explotada al comienzo del film que se convierte en explotadora sin escrúpulos bajo su idea personal del sálvese quien pueda en el mundo que le ha tocado vivir. Estamos ante el primer eslabón del abuso, aunque se muestran tangencialmente a los empresarios y a las mafias que los controlan, y este punto de vista, se agradece.
Reafirmando su capacidad para narrar los pequeños detalles, para dar entidad a los momentos sencillos y aparentemente muertos de la vida cotidiana y para conseguir buenas interpretaciones de actores noveles, Ken Loach y su guionista habitual Paul Laverty parten con acierto de una situación individual hasta llegar a la colectividad, pero no logran ni evitar cierto maniqueísmo ni forzar la situación, aunque aquí sólo sea puntualmente, para implicar emocionalmente al espectador.
Una película valiente y crítica con nuestra sociedad y con nosotros mismos, como casi todas las de su autor, digna de ser conocida.
Calificación: 6/10.
4 comentarios:
Recomiendásela mejor al primo de Rajoy. Pa que entienda un poco mejor lo de la inmigración. God save President Bush!! Perdón, ese es otro tema de la actualidad.
La obra de Ken Loach me produce sentimientos encontrados. Por una parte apela a mis instintos más izquierdistas y combativos, esos que uno intenta reprimir continuamente en esta sociedad consumista en la que estamos inmersos. Por otra, sin embargo, no deja de recordarme que el cine político explícito no deja de ser un síntoma evidente de falta de sutileza cinematográfica. Arte vs. denuncia= indivíduo vs. comunidad.
Música, arte y activismo contra capitalismo.
Salva, ese el problema y la grandeza de Ken Loach, por un lado su intento de adoctrinamiento y por otro la necesidad de que alguien denuncie nuestra sociedad intentando llegar al público (no en un documental que ven cuatro).
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