James Lee Woodward, ciudadano de Dallas de 55 años de edad que ha pasado más de dos décadas de su vida en prisión, ha sido declarado inocente y puesto en libertad tras una prueba de ADN.
Detenido en 1980 por violar y estrangular supuestamente a su novia de 21 años en las cercanías del río Trinity, en el condado de Dallas, en 1981 fue sentenciado por el testimonio de dos testigos. Woodward siempre defendió su inocencia pese a estar sentenciado a cadena perpetua.
Dos pruebas distintas de ADN permitieron que el reo pudiese defender su inocencia ante el juzgado. Tras agotar todas las instancias, Woodard decidió acudir a Innocence Project, una organización ubicada en Nueva York y especializada en estudiar casos legales a través de pruebas de ADN, que ha demostrado su inocencia.
El dolor ha sido enorme pero al final ha habido justicia, ¿qué hubiera pasado con una sentencia de pena de muerte?
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Fuente: www.elpais.com.
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