martes, 24 de junio de 2008

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal

Pertenezco a la generación que vió estrenarse En busca del arca perdida (1981) y reconozco que me encantó. No se asemejaba al cine de aventuras que veíamos en las sobremesas de los sábados, pero pasó a formar parte de mi imaginario.

Casi veinte años después, Spielberg nos embarca en una nueva aventura del doctor Jones en la que más allá del interés por volver a reinar en las taquillas, en los noventa casi todas las películas más taquilleras de la historia estaban dirigidas por él o por George Lucas, entiendo que lo ha hecho como un autohomenaje a su trilogía y, especialmente, a la primera: una comienza donde acaba la otra, los dos carteles son muy parecidos, se recupera a Karen Allen, seguimos los viajes sobre parecidos mapas...

El caso es que en esta cuarta entrega, las citas al cine de aventuras clásico, la serie de Tarzán o Cuando ruge la marabunta (1954), son cortinas de humo a la autocita constante: la sombra, el sombrero, la serpiente, los extraterrestres... y eso nos produce cierta sonrisa, pero nada más. Y es que el guión ha puesto muy caro a esta película alcanzar una autonomía y calidad importante: los malos son los comunistas en los primeros pasos del rock&roll, tenemos una relación paterno-filial que ya habíamos visto y que aquí está completamente desdibujada, todos los personajes se desaprovechan porque están al servicio de Indy (como el de John Hurt o Cate Blanchett), nuestro héroe se casa...

Fotografiada con "criterios visuales de línea clara" ¿para asemejarse al cómic? que le dan un aire de irrealidad innecesario y no sometida a la dictadura de los efectos especiales como en otras sagas de los últimos años, aunque los hay y muchos, la película hace pasar el rato, me reí con lo de la serpiente, sin llegar a engancharse a nuestra memoria.

Calificación: 4/10.

2 comentarios:

SALVATRON dijo...

Coincido contigo Carlos en casi todo. No obstante, creo que la dictadura de los efectos digitales si se deja sentir en determinadas partes de la peli. Y eso hace, desgraciadamente, que se parezca demasiado a las "momias" de Stephen Sommers (por ejemplo). En cuanto al guión, Koepp-Lucas se dejan sentir en todo momento como artífices de una historia que tira en demasia del elemento nostálgico en perjucio de una mayor claridad en el desarrollo.
De todos modos, he de decir que disfruté como un niño. Es lo que tiene ser viejuno.

Carlos Castedo dijo...

A mí me gustó especialmente la persecución por el bosque con el duelo de espadachines y la broma de la serpiente. Lo peor lo de los extraterrestres y el hijo y la boda.
Me sigue gustando En busca del arca perdida más que cualquiera de las otras tres, con mucha diferencia.